Cuando era pequeña y cursaba el primer grado de primaria un día de escuela citaron a mi mamá para hablarle de mi comportamiento: evasivo, aislado y me mantenía callada la mayor parte del tiempo.
Mi madre preguntó:
¿cumple con sus tareas? Sí. ¿Es grosera o de mal comportamiento? No.
Entonces, maestra, déjala, ignórela, ella es así hasta en casa... guarda sus palabras para no sé qué y no sé cuándo.
Actualmente sigo en las mismas: aislada y platico con mis versos.
Yo era otra
cuando corría en la lluvia
sorteando las olas
que formaba con los juegos
Sufrir
era dolerse de las nubes
que cruzaban el océano
atravezando mil formas
de ilusiones neón
Ahí estaba Rimbaud
con sus dotes de árbol
colgado de nidos pequeños
que arrimaba a mis horas
de inlúcidos vicios
Ahora tengo lunares en el pecho
y en el centro una gasa de silencio...
Marina Centeno
Yucatán México
sábado, 30 de abril de 2011
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Hola Marina... Saludos.
ResponderEliminarTrato de descubrir porque tus palabras siempre me llenan de admiraciòn y mucho sentimiento en cada letra que conforma tu poema... Lo màs seguro es que algo bueno se levanta impetuoso y grita como viento suave... silencioso, y de paso, refresca mi memoria.
Un fuerte abrazo y Dios te bendiga.
Fra Rodolfo de Jesùs O.Carm
Apreciado y querido Fra Rodolfo:
ResponderEliminarTus palabras me honran, ya que el cometido de la poesía es mover y conmover, mediante la interpretación personal que cada lector haga del poema. Cada sensibilidad es distinta y llega de manera diferente... la tuya, Fra Rodolfo tiene la pureza de la divinidad, ese terciopelo suave de lo divino y la fuerza que irradia la Fe. No sabes, cuánto agradezco tu llegada a mi vida... porque yo tambien siento que encontrarte entre los comentarios me llena de motivación, optimismo y Fe. Muchas gracias!
Marina Centeno.
lindo post
ResponderEliminarGracias taio!!!!
ResponderEliminarMe place tu visita.