sábado, 30 de abril de 2011

De aquellos tiempos (Autodibujo sin espejo)

Cuando era pequeña y cursaba el primer grado de primaria un día de escuela citaron a mi mamá para hablarle de mi comportamiento: evasivo, aislado y me mantenía callada la mayor parte del tiempo.
Mi madre preguntó:
¿cumple con sus tareas? Sí. ¿Es grosera o de mal comportamiento? No.
Entonces, maestra, déjala, ignórela, ella es así hasta en casa... guarda sus palabras para no sé qué y no sé cuándo.
Actualmente sigo en las mismas: aislada y platico con mis versos.



Yo  era otra
cuando corría en la lluvia 
sorteando las olas
que formaba con los juegos

Sufrir
era dolerse de las nubes
que cruzaban el océano
atravezando mil formas
de ilusiones neón

Ahí estaba Rimbaud
con sus dotes de árbol
colgado de nidos pequeños
que arrimaba a mis horas
de inlúcidos vicios

Ahora tengo lunares en el pecho
y en el centro una gasa de silencio...


Marina Centeno
Yucatán México

viernes, 8 de abril de 2011

CARTA PARA ABRIL Y TODOS LOS NIÑOS DEL MUNDO.



Hola Abril, ya se que no me conoces. Yo tampoco. Tu no eres mas que una niña para mi y yo solo soy un adulto mas para ti, pero supe que cumpliste años hace poco y que eres hija de una de las mujeres que mas admiro. Nos hemos domesticado. Ella perdonará mi intrusión. El motivo de mi carta tiene que ver además con que un dia dijiste como Borges, que una biblioteca se parece al paraíso. Intuyo que te gusta leer. Pues bien, aquí en mi ciudad este será el mes de la feria del libro y como debes saber también se celebrará el dia del idioma, y quise encontrar un motivo para hablar de ambas cosas: la infancia y los libros. Celebro que te guste leer, porque hoy por hoy los niños lo hacen poco y ven mucha televisión, por lo que se van quedando sin imaginación. Se divierten es verdad y se entretienen, quien lo niega, pero carecen de la fantasía necesaria cuando no están conectados al video. Un libro ni siquiera necesita energía para funcionar, se puede incluso memorizar. Lo indiscutible es que te hace dueño de las imágenes que te provee. Del que te voy a hablar y que tal vez conoces, el propio autor le hizo unas bellísimas ilustraciones.


Sabes, libros hay muchos. Los hay mas profundos, mejor escritos o tan imaginativos que se desbordan de si mismos. Cada libro es único, como una rosa que cultiváramos o un zorro que domesticáramos. Incomparable según la cualidad que elijamos, el lugar donde nos transportó, las situaciones que nos hizo vivir o los personajes que nos permitió conocer. Un libro es la extensión de la memoria y la imaginación, dijo Borges. No lo olvides. Un objeto mágico en cuya compañía el tiempo se disipa, una botella que ha sido lanzada al mar para que la encontremos y cuyo mensaje, si lo hay, solo nosotros mismos podemos descifrar. La mayoría traen un genio cuya voz nos guía. No hay que frotarla, solo destaparla. Hay libros luminosos como faros o linternas. O temerarios, y se parecen a un lanzamiento a un abismo: nos provocan preguntas y asombros. También pueden ser una caja de herramientas como diría Foucault. O un rizoma, explicaría Deleuzze, osea como una especie de cartografía o mapa. La palabra, que es el material del que están hechos los libros Abril, cuenta historias y hace música. Y es tan necesaria como el pan y oportuna como el agua. En la palabra rosa está la rosa, dijo Borges.


En suma mi querida Abril, y espero que se lo cuentes a todos los niños que conozcas, la verdadera magia de los libros es como aquella oveja que un aviador varado le dibujara en un desierto a un príncipe perdido que venía de otro planeta. Y si libros hay muchos Abril. Los hay canónicos, osea muy importantes, dicen. Célebres, es decir famosos. Útiles, cuyo valor tiene que ver con la exactitud de lo que enseñan. Están los mas vendidos, que no necesariamente son los mejores sino los mejor exhibidos, pero a mi me gustaría recomendarte si no lo has leído, el que yo siempre cargo en un bolsillo. Es pequeño, como el planeta de aquel niño extraviado. Lo escribió un aviador que se perdió cumpliendo con su deber, y que tal vez habría preferido ser dibujante, pero que por esas cosas del destino tuvo la oportunidad de imaginar un personaje inolvidable. Te pido el favor que leas EL PRINCIPITO. Allí aprenderás a domesticar a la gente y yo seré único para ti tanto como yo para ti, a pesar de cualquier distancia. Un beso. Que cumplas muchos años mas. Y lleves dentro del adulto, un niño insobornable.

Alexander Jesús Rozo

lunes, 4 de abril de 2011

YO SIEMPRE TE QUERRE


a "Micky" con todo mi recuerdo



Ésta es la historia de Elfi, la mejor perrita del mundo.

Elfi y yo crecimos juntos, pero ella creció mucho más aprisa que yo.
Me gustaba apoyar la cabeza sobre su piel caliente. Soñábamos juntos.
Mi hermano y mi hermana también querían mucho a Elfi.
Pero Elfi era mi perro.

Todos los días, Elfi y yo jugábamos juntos.
A Elfi le encantaba perseguir a las ardillas y escarbar entre las flores del jardín de mi madre.
A veces, Elfi hacía alguna diablura, y entonces mis padres se enojaban y la regañaban. Pero la seguían queriendo mucho.
Sólo que nunca se lo habían dicho. Pensaban que Elfi ya lo sabía.

Los años pasaron muy aprisa.
Yo crecía hacia lo alto, hacia lo alto, y Elfi crecía hacia lo ancho, hacia lo ancho.
Cuantos más años tenía Elfi, más dormía.
Ya no quería salir de paseo como antes.
¡Aquello me preocupaba!
Llevamos a Elfi al veterinario.
No había nada que él pudiera hacer.
_Elfi se está haciendo vieja.
_dijo el veterinario.

A Elfi cada vez le costaba más subir las escaleras.
¡Pero tenía que dormir en mi cuarto!

Le puse un almohadón muy blando para que estuviera más cómoda.
Cada noche, al acostarnos, le decía:
_Yo siempre te querré.
Sé que Elfi me entendía.

Una mañana me desperté y vi que Elfi había muerto durante la noche.
Entre todos enterramos a Elfi. Lloramos y nos abrazamos para consolarnos.
Mi hermano y mi hermana querían mucho a Elfi, pero nunca se lo habían dicho.
Yo también estaba muy triste, pero me consolaba pensar que cada noche la había dicho:
_Yo siempre te querré.

Un vecino mío me ofreció un cachorro.
Sé que a Elfi no le hubiera importado, pero le dije que no.
Lo que hice fue regalarle la cama de Elfi.
Le hacía más falta que a mí.

o0o

HANS WILHELM nació en Bremer, Alemania en 1945. Al acabar sus estudios de Arte y empresariales, se fue a Johannesburgo, Africa del Sur, donde trabajó como director de mercadotecnia, sin dejar de interesarse por el arte. Su carrera como escritor empezó cuando realizó un viaje alrededor del mundo durante dos años, vivió en Bali, Indonesia, España e Inglaterra. Finalmente llegó a Estados Unidos donde floreció su carrera como escritor e ilustrador.