
Se derrama la gota de rocío
en la hoja que tiembla deslizada,
cual el frágil camino del navío
en la mar briosa, aturbonada.
Trampolín de tierna melodía.
Baja y cae; de efímera belleza.
Presagia el suave albor de la alegría,
en cristales de mágica terneza.
Vestido transparente en la silueta.
Como lágrima: fluye y se derrama.
Con la elegancia de un anacoreta
en el poema escrito en epigrama
Marina Centeno
Un gran abrazo desde Bucarest, querida Marina y buena poeta!
ResponderEliminarGracias, Daniel. Un abrazo! Me alegra tenerte en este espacio.
ResponderEliminarSaludos afectuosos desde Yucatán, México.
Marina Centeno.